martes, 18 de octubre de 2011

Intuiciones y causalidades

Llevo años intentando ignorar nuestra sensación cuando aparece... pero a veces es demasiado poderosa y no puedo. Una vez confié -como siempre me decías- no tuve miedo y actué. En esa ocasión me salió bien. El resto no. Ahora no. Tampoco es que hoy sea la misma de antes. He crecido y me he estropeado mucho. Además, ahora no soy tan fuerte....
Después de tanto tiempo, este mes ha vuelto de una manera muy intensa. Han vuelto los acontecimientos encadenados llenos de extrañeza y ese malestar inevitable en mi cuerpo todo el rato. Nervios de saber que algo va a pasar o a pasar-me y no tener la certeza de la causa concreta. Personas que descubro y puedo mirar. Necesidad de explicar-les y no saber cómo ni qué. No lo puedo controlar. Tampoco puedo relajarme y reaccionar con calma. Tú sabías conducir esto: tú te tranquilizabas rezando, tú lo llevabas bien interiormente. A ti te daban igual los juicios...No sé,  probablemente era tu paz y  la aceptación  y lealtad con  lo que te pasaba. 
Yo no puedo. Me da miedo.  Me asusto, reacciono en los peores momentos, en estados de irrealidad y me sale mal....
La sociedad de ahora no es como la que tú viviste. Ahora está la desconfianza, está la incredulidad provocada por experiencias en las que nos regocijamos transformándolas en traumas, ahora es la hora de la no-superación, ahora experimentamos el hastío generalizado que se extiende como un virus asqueroso, ahora salimos por las noches, nos emborrachamos, nos drogamos, no dormimos bien... Yo no tengo en casa  un marido maravilloso que me conoce y acepta  mis extrañezas, que se las toma con sentido del humor,  que ha aprendido a posteriori que lo que me pasa, por raro que pueda parecer, es real... Yo intento luchar  e intento salir adelante "contra" todo esto sola. Hay factores exteriores que superar con fuerza: la gente cercana no es como la tuya, ahora se vuelven a quemar  las brujas en la hoguera (y no quiero volver a pasar por eso). Además están los factores interiores: yo no acepto, me abrumo, derrepente tomo conciencia, actúo impulsivamente y me animo a resolver el puzzle en la embriaguez de la noche (siempre en el peor estado y de la peor manera...). Además yo no sé rezar (ni siquiera hago yoga...)
Desisto, intentaré evadir esa sensación de tener que hacer algo cuando aparezcan los escalofríos fuertes por culpa de presentimientos e intuiciones que no sé interpretar. Ignoraré la incertidumbre. Soy incapaz de aprender a encaminar la expresión de mis emociones para que el resultado sea coherente dentro de toda la incoherencia. Yo no sé hacerlo.  Nunca diré nada a nadie. Nunca intentaré resolver los rompecabezas de las causalidades. Miraré hacia otro lado. Iré al médico a que me hagan una lobotomía si es necesario ( o tomaré pastillas de esas para los nervios que toma todo el mundo). 
Lo siento.
                               (...igual dentro de una semana se me pasa la angustia y vuelvo a confiar...)


2 comentarios:

  1. A ti, causalidad incrédula: siento que el despejar de tus dudas resultara ser tu paranoia. Siento que tu percepción acabara convirtiéndome en algo malo y no ser lo que deseabas: algo bueno. Entiendo tu desconfianza: hay cosas que por más que intentemos comprender resulta tan complicado, que desistimos en el intento. Hay muchas trampas que nuestra razón nos pone sin darnos cuenta...Por mi parte, imaginaba (y todavía me dura) que la respuesta a este acontecimiento insólito era transsumo, aunque igual no es así, igual no existe respuesta. De todos modos, siempre podremos seguir imaginando lo imaginario (o lo desconocido) como nos de la gana...
    Un guiño

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  2. Reespiraaa, no dejes de confiar nunca en ti.
    Nos vemos antes de que te vayas. Muchos besos,
    Daniela

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